This place is reminiscent of a Chicago speakeasy during Prohibition. You might miss the entrance entirely if you don’t keep your eyes open, and your wits about you as well, since you have to first go into a sort of basement and then down some stairs in darkness, which all may well help to get your heart pumping and your liver good and ready for your destination. Once inside, you’re in a pretty big space, with red booths and dim lighting, giving a delicious aesthetic of the 1940s. The generous cocktail menu is longer than a Stephen King book, and it’s dominated by concoctions made with Campari, but they also have a gift for those mixed with whiskey.

—————————————————————————————————–

Recuerda a uno de esos bares clandestinos que había en Chicago durante la Ley Seca. Para entrar, tenéis que acceder a una especie de sótano y bajar unas escaleras en penumbra que aumentan la excitación del hígado a medida que lleguéis a vuestro destino. Una vez dentro, descubriréis un espacio muy amplio, con butacas rojas y luces desvaídas que ponen la rúbica a una deliciosa estética de los años 40. Juanjo González (ex-Boadas) interpreta los incontables brebajes de la carta (más larga que un libro de Stephen King) con una elegancia hipnótica. Domina todas las variantes con Campari, pero tiene un don con los cócteles de whisky.

Leave a Reply